El primer mes el informe decía lo siguiente: "Maestro, he logrado expandir mi conciencia y siento que estoy en todas partes". El maestro rompió la carta, irritado.
Al segundo mes, el informe decía: "Maestro, la conciencia de unidad me ha permitido llegar a hacer pequeños milagros y ciertas proezas físicas", el maestro , aún más enojado que con la primera carta, profirió maldiciones.
Al tercer mes, el discípulo escribió: " Ahora puedo sentir que lo divino está en todas las cosas, el misterio del Uno se ha abierto a mi corazón". El maestro, desilusionado, bostezó indiferente, aburrido por las palabras de su aprendiz.
Pero luego pasaron varios meses y ya no hubo cartas.
Así que el maestro le escribió a su discípulo para que le informara sobre su progreso espiritual.
Éste le contesto:
"Ahora, sencillamente, vivo mi vida. Y en cuanto a la práctica espiritual, a quien le interesa?
El maestro, al leer la carta, exclamó : "Gracias al cielo, al fin lo logró!!"
***
Encontrar esa pasión que seguramente todos tenemos, volver a la inocencia de cuando éramos niños (se que cuesta, en los tiempos difíciles que vivimos) , y como leí en un libro, "Los cuatro acuerdos", no hacer suposiciones, honrar nuestras palabras, hacer siempre lo mejor y no tomarse nada personalmente"
Tienes mucha razón Claudia, aunque, estarás de acuerdo conmigo, no es tarea fácil, pero aún así vale la pena intentarlo todos los días.
ResponderEliminarQue bueno volver a leerte!
Un abrazo!
gracias linda, y perdón por la tardanza en responder!
Eliminares verdad, no es tarea fácil, pero no se pierdan las esperanzas :)
Menuda manera de comenzar el año!! Es precioso el cuento y tu post ;) Ojalá no se nos olvide...
ResponderEliminarQue sepas que también yo voy retrasadísima con las actualizaciones...(el pequeñín me ocupa todo el tiempo!! tú sabes...), pero me alegra tanto tener noticias vuestras!
Un abrazo gordísimo!
Joaquina
gracias Joaquina! espero que el niñito esté muy bien, y te siga ocupando TODO el tiempo! es lo mejor que te puede pasar :)
Eliminarun abrazo enorme!
El mejor relato sobre espiritualidad que he leído, Claudia. Y coincido plenamente con tu pensamiento, aunque sea difícil de llevar adelante. Me encantó el post. Un abrazo.
ResponderEliminargracias Marcelo, sí que es difícil, pero nos hace mejores en el intento :)
Eliminarbesos a la familia!
Hermoso... vivir el tránsito desde el respeto :)
ResponderEliminarUn abrazoo
Me lo había perdido. Han sido muchos días de despiste y de ausencias pero estaba viviendo otras experiencias y ya no me es posible estar en todo.
ResponderEliminarEn contra de lo que te dije en mi correo, si es posible reagrupar los links de los blogs y los he podido ir añadiendo. Es menos cómodo pero no importa. Supongo que fué un problema puntual.
Está claro que cuando pretendemos la santidad -para vivirla a través del barro del que estamos hechos- o la perfección, solemos alcanzar la soberbia. Es cierto que el mejor camino es el de la sencillez y la humildad. Algo que vuelve a los hombres a considerar que son hormigas que se ven a sí mismas como gigantes cuando la realidad es que solo son eso, hormigas no siempre comprometidas y laboriosas.
Un abrazo. Franziska