2 de diciembre de 2013

días de fiesta




Hace ya varias semanas que la Navidad ha comenzado a mostrarse en el ambiente, los supermercados, las jugueterías, ya están colmadas de adornos y árboles navideños, como todos los años.
Cuando era chica, me encantaba cuando llegaba esta época, me gustaba cuando nos reuníamos con la familia, éramos muchísimos a la mesa, era una verdadera fiesta.
Creo que esta época,  es una de las que más me gusta recordar como parte de mi infancia y niñez, me gustan esas imágenes que aparecen , son tantas y tan lindas...y también los olores de la Navidad, entre los que se encuentran el olor de la pólvora de los "cuetes" y "rompeportones" y los olores de la cocina...
Días atrás, pasando por una rotisería, la calle estaba invadida por el olor del pollo al spiedo, e inmediatamente me sentí transportada a la Navidad de mi infancia, ya que entre otras comidas, el pollo al horno era algo que nunca faltó en la mesa esos días.
Y los sabores...Siempre compro frutos secos, nueces, almendras, avellanas y castañas...y un día, hace poco, cuando mordí una castaña, de pronto  me di cuenta que ERA el sabor de la Navidad,  quizá fuera porque comer castañas, al igual que  pan dulce, siempre estaba reservado para esos días del año.




La Navidad tiene para mi, los más dulces recuerdos, hace tiempo que mi corazón ya no la festeja, pero por suerte siempre quedarán dentro de mi  las mejores imágenes, sabores y olores que uno pueda guardar dentro de si, como dice un libro precioso que encontré en una mesa de saldos -de las que soy amante- "Días de Fiesta" de Ever Green, y trata sobre la Navidad: "hay días en los que todos podemos volver a ser niños"...y creo que son justamente esos días en los que los recuerdos de la niñez vuelven a nosotros para abrazarnos como si fueran esos seres queridos que ya no están.